El cirujano de nombre Carlos Arzuza fue sorprendido en Mendoza mientras se operaba a sí mismo para agrandarse el órgano reproductor.
Pero este no es el delito… sino que está acusado de mala praxis luego de que una paciente falleciera al ser intervenida para una liposucción e implante de glúteos.
Cuando los policías arribaron al domicilio, el médico estaba tendido en una camilla con sus pantalones manchados de sangre. Según una pesquisa, tenía una de sus piernas "feteada" porque de la misma quitaba parte de la carne que luego agregaba en el pene… (WTF!)
Al momento de destaparlo, tenía su miembro envuelto en gasas: “Era muy grande, no sé de cuánto pero de unos 25 centímetros", exclamó con asombro quien estuvo en el lugar de la detención.
En las próximas horas, el acusado deberá declarar ante la fiscal Claudia Ríos.